Sentir mi alma entre tus brazos,
indemne, en el límite de lo diáfano
¿Qué me das?...¿Qué me llena de amor?
Y tú, con tu semblante claro
que nubla mis sentidos y me hace sentir
tus pechos erguidos y cálidos.
Podría decirte que te quiero,
que nuestras vidas se han fundido
en un éxtasis celestial.
¡Oh! divino cielo que acuchillas mi querer
y me hundes en un poder de entrega
haciendo de él un influjo que me embarga.
Curvas de piel tersa que nublan mi visión
haciéndome perder el sentido,
imaginándote, amándote en la oscuridad más serena.
Encogido el corazón me tienes
recordando amores primerizos
que desatan nuestra pasión.
Tiempo atrás me diste tu futuro
junto con tu aroma
que envenena mi razón.
Saber que me amas es una agonía
que libro cada día.
Quiero amarte cada anochecer
sabiendo que te entregas a mí
luciendo tu ternura y candidez.
Dame tu ser por siempre
y sabré cada día, cada instante,
que seremos eternamente amantes.
J.C LLamas.