Amanecía en La Zubia, amanecía...
El sol quiso salir tivio
inundando las siemprevivas
y enamorando a los amantes
que con sus besos se adormecían...
Él quiso acariciarla
y ella recibirle cohibida
se besaron en silencio,
sus corazones latían...
Amanecía en La Zubia, amanecía...
fué como un yunque en la herrería
que a fuego lento y con pasión
al rojo vivo forjaría.
Admirando el lucero del alba
los amantes se querían
y ese amor que rebosaban
como el sol resplandecía.
Juntos sus cuerpos estaban
y en sus almas no cabía
más pasión que la que daban
con abrazos y caricias...
Amanecía en La Zubia, amanecía...
¿Qué me diste?... yo no sé,
pero fué, tan, tan directo
que nuestros fuertes abrazos
no los separa ni el viento.
perdudarán de por vida
su pasión nos dejará
nuestras almas encogidas...
Amanecía en La Zubia, amanecía...
J.C.LLamas.